Zidane se movía con la prestancia de un torero. Con una maestría y clase suprema, él orquestaba el juego con fuego interior. Sus pases eran milimétricos, como pinceladas magistrales en la gran obra.
Su presencia https://adrianacsyi795929.smblogsites.com/38627654/un-repaso-al-cabezazo-más-famoso-del-fútbol